jueves, 16 de julio de 2009

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Los árboles tienen una clara adaptación al cambio climático, según pone de manifiesto un estudio de la Universidad de Barcelona publicado en la revista Climatic Change. El trabajo, elaborado por Octavi Planells y Emilia Gutiérrez, directora del Grupo de Dendroecología del Departamento de Ecología de la Universidad de Barcelona (UB), junto con investigadores del Deutsches GeoForschungszentrum, en Potsdam (Alemania), apunta al hecho que unas condiciones ambientales limitadoras pueden forzar la sincronización del crecimiento de los árboles con el clima y entre éstos.
Las conclusiones de esta investigación no sólo tienen implicaciones ecológicas, "sino que también tienen repercusiones de cara a la dendroclimatología, al demostrar que las condiciones ambientales que favorecen el crecimiento de los árboles no son siempre las mismas, no son constantes". El estudio muestra una posible fuente de error que se debería tener en cuenta para reconstruir climas pasados, "ya que es posible que los anillos de aquellas épocas no reflejen las mismas condiciones ambientales favorables para el crecimiento de los árboles en la actualidad", afirma Planelles, investigador del departamento de Ecología de la UB.
El estudio se ha realizado con ejemplares de entre 120 y 300 años de pino negro y pino rojo de dos bosques próximos entre sí, en Tejeros y Vinuesa (ambos en Soria). Los investigadores estudiaron tres tipos de variables de los anillos de crecimiento (el grosor y las medidas isotópicas de carbono y oxígeno estables). El trabajo ha demostrado que existen diferencias entre la información que aporta cada una de las variables, de forma que el uso de isótopos estables puede ser un buen complemento en los estudios de dendroclimatologia clásica basada en el análisis de los anillos de los árboles, afirman los investigadores.
En este sentido, se ha constatado que algunos factores climáticos que limitaron el crecimiento de estos árboles del Sistema Ibérico a principios del siglo XX han sido substituidos por otros distintos a lo largo de las últimas décadas, cuando las condiciones de crecimiento han sido más restrictivas, especialmente a causa del cambio climático (aumento de temperatura y menores lluvias durante los meses en los que más crece el árbol). Este hecho ha provocado que los árboles sincronizasen sus patrones de crecimiento, tanto respecto a la anchura de los anillos como a la composición química.
¿Los resultados obtenidos quieren decir que son falsas las reconstrucciones climáticas realizadas hasta ahora a partir de los anillos de madera? "No. Sencillamente, significa que en la estimación hay una cierta fuente de error que se debe tener en cuenta, incluso cuando se utilizan isótopos estables para reconstruir el clima. Algunas reconstrucciones puede estar desviadas, pero no todas, ni muchos menos", aclara Planells.
Los anillos de crecimiento registran todo tipo de acontecimientos ambientales puntuales (desde incendios a tempestades y plagas) con una precisión anual. De su estudio se encarga la dendroclimatología, disciplina que también permite estudiar periodos climáticos, cambios ambientales y procesos más complejos y difíciles de medir como la evolución del clima. La dendroclimatología establece relaciones entre series dendrocronológicas y series climáticas para describir qué variables atmosféricas favorecen o limitan el crecimiento de árboles en periodos concretos. Una vez identificadas estas relaciones es posible hacer el camino inverso y valorar los fenómenos meteorológicos de épocas pasadas sobre los que no existen registros instrumentales.
La dendrocronología no sólo se aplica en reconstrucciones climáticas, sino también en multitud de otros campos: desde la datación de maderas antiguas de edificios, barcos y obras de arte a estudios geomorfológicos de aludes, desprendimientos o terremotos o estudios de las perturbaciones ambientales sobre los árboles (incendios, plagas, erupciones volcánicas) o del retroceso de los glaciares.

Reino Unido da luz verde a la construcción de cuatro 'ecociudades'

Londres.- El Gobierno británico autorizó este dieciseis de julio la construcción de cuatro nuevas localidades de 10.000 viviendas que serán erigidas cumpliendo estrictos estándares de respeto del medioambiente para 2016, tan sólo un día después de que el Ejecutivo de Gordon Brown anunciara sus planes para alcanzar el objetivo de producir el 40% de la electricidad mediante fuentes menos contaminantes como la nuclear, la solar o la eólica.
Los cuatro lugares elegidos, que se encuentran en el sur y el este de Inglaterra, son Whitehill-Borden, en Hampshire; China Clay Community, en St Austell, en Cornualles; Rackheath, en Norfolk, y North West Bicester, en Oxfordshire. Estas 'ecociudades' todavía tienen que recibir la aprobación de su planificación y podrían encontrarse con la oposición de grupos locales que temen que arruinen las zonas rurales.
La Campaña para Proteger la Inglaterra Rural ha instado al Gobierno a que dé marcha atrás en su programa y autorice sólo uno do dos "proyectos ejemplares". Este grupo considera que el Ejecutivo debería concentrarse en reformar las casas ya existentes, mejorar las zonas que han quedado abandonadas y ayudar a volver a poner en uso las 800.000 casas vacías que hay en Inglaterra.
Gordon Brown anunció su plan para construir hasta 100.000 viviendas en cinco localidades ecológicas poco después de suceder a Tony Blair como primer ministro en 2007. El Gobierno recibió un total de 57 solicitudes de autoridades locales y redujo las candidatas a quince en abril del año pasado.
Las nuevas localidades tienen como objetivo hacer frente al problema de falta de viviendas en Reino Unido al tiempo que se minimiza el impacto en el medioambiente. Las casas serán energéticamente eficientes, las calles tendrán puntos de carga para coches eléctricos y los niños podrán ir a pie o en bicicleta a las escuelas locales. Además, el 40% de la superficie la comprondrán parques, zonas verdes y zonas de juego.
El Gobierno indicó que quiere que las 10.000 viviendas estén construidas en las cuatro localidades para 2016, y para 2020 contar con hasta diez 'ecociudades' completadas o en construcción.
El secretario de Estado de Vivienda, John Healey, dijo que con estos proyectos quedará fijado el estándar para cualquier nueva localidad o comunidad que se erija. "Reconozco que las propuestas pueden generar opiniones enérgicas, pero el cambio climático es algo que nos amenaza a todos", subrayó.
"Nuestro compromiso con las
'ecociudades' es uno de los pasos que estamos dando para afrontar este reto y ayudar a construir viviendas más asequibles", añadió.
Por su parte, los conservadores consideraron este plan como una "trampa desacreditada". "Muchos de estos proyectos son insostenibles, inviables e impopulares, pero Gordon Brown quiere imponerlos sin tener en cuenta a la opinión pública", lamentó el portavoz de vivienda de los 'tories', Grant Schapps. (Ep)